El fantasma iniciático y la cuestión del narrador en “La mujer alta” (1882), de Pedro Antonio de Alarcón

  1. Julio Ángel Olivares Merino 1
  1. 1 Universidad de Jaén
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    Universidad de Jaén

    Jaén, España

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Revista:
Siglo diecinueve: literatura hispánica

ISSN: 1136-2308

Año de publicación: 2024

Número: 30

Páginas: 281-304

Tipo: Artículo

DOI: 10.37677/SIGLOXIX.V1I30.520 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

Uno de los relatos más fascinantes y representativos de la literatura fantástica española en pleno realismo a finales de siglo xix, “La mujer alta”, de Pedro Antonio de Alarcón, sintetiza en su imaginario y estilo elementales propios del romanticismo oscuro, estilemas de heredad gótica y una elección operativa de campos semánticos relativos a lo siniestro que conforman un cuadro de costumbres rayano, asimismo, en un onirismo marcadamente macabro. A fin de hacer explícita esa dualidad entre lo realista y lo irreal, el autor recurre a una caligrafía de detalles tangibles y de lo sugerido, además de la hipodiégesis, el punto de vista no fiable y una exposición diferida de los acontecimientos como técnicas narrativas angulares. Decididamente hipnótica, la narración sumerge al lector en una vorágine de sensaciones y una polifonía a modo de tejido de voces vivas y enunciaciones fantasmagóricas que pivotan en torno al icono central del relato: la enigmática mujer alta. Este actante es representación y constructo de la ambigüedad en el que se evidencian trazas del esperpento goyesco y cuya interpretación va mucho más allá de su mera delimitación de como contrafigura dentro de la dinámica argumental.