Veinticinco años de observaciones glaciológicas en el glaciar del Infierno (1998-2022): síntesis de resultados
- Luis Cancer-Pomar 1
- José Antonio Cuchí 2
- Gonzalo Fernández-Jarne 3
- Javier del Valle-Melendo 4
- Fernando Lampre-Vitaller 5
- Carlos Martín-Esteban 6
- 1 Área de Geografía Física y CEACTEMA. Universidad de Jaén
- 2 Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural. Escuela Politécnica Superior de Huesca. Universidad de Zaragoza
- 3 Departamento de Geografía. Colegio San Ignacio de Loyola, Pamplona, y Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
- 4 Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza y Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
- 5 Patronato del Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos
- 6 Bayer Crop Science – Investigación y Desarrollo
ISSN: 0214-8315
Année de publication: 2023
Número: 25
Pages: 179-229
Type: Article
D'autres publications dans: Lucas Mallada: revista de ciencias
Résumé
Se analiza la evolución del glaciar del Infierno durante el periodo 1998-2022. Situado en el Pirineo aragonés, en la única cordillera española que todavía conserva glaciares blancos, se presentan datos glaciológicos en relación con factores climáticos y nivológicos. El glaciar tiene un comportamiento muy variable, con frecuentes ritmos opuestos entre años sucesivos. Los de mayor retroceso fueron 2006, 2012, 2015, 2017, 2019, 2021 y 2022. Por el contrario, en 2013 y 2014 la cobertura de nieve sobrepasó con creces los límites del cuerpo glaciar. En la alta cuenca del Gállego se observa un aumento general de la acumulación de nieve a lo largo de este último cuarto de siglo (aunque en los últimos años algunas variables nivológicas indican una evolución decreciente), con acusada variabilidad interanual. Pero el glaciar está afectado por una clara tendencia al alza de las irregularidades térmicas positivas, lo que da como resultado una notable regresión. El glaciar del Infierno está experimentando una transición hacia glaciar negro o cubierto, sobre todo en su flanco oriental, proceso ligado al progresivo deshielo del permafrost en estas cotas y a una creciente dinámica periglaciar que facilita la caída de clastos a la superficie del hielo. También se han medido ritmos diarios de fusión del hielo a finales de la estación estival, lo cual ha permitido determinar las pérdidas de espesor equivalente en hielo.