Inflexibilidad cognitiva, disfunción ejecutiva y desregulación emocional: Su implicación en el consumo de drogas y en el maltrato
- Miranda Gálvez, Azahara Leonor
- José Luis Mata Martín Codirector/a
- María del Carmen Fernández Santaella Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 06 de mayo de 2024
- Elisabeth Ruiz Padial Presidenta
- Humbelina Robles Ortega Secretario/a
- David Sánchez Teruel Vocal
- M. Carmen Pastor Verchili Vocal
- Francisco Esteves Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Las emociones, con un papel destacado en diversos trastornos psicopatológicos (Kohler et al., 2000) y en las adicciones (Bechara et al., 2000; Panksepp et al., 2002), han generado un interés significativo en disciplinas como la Psicología, la Neuropsicología y la Neurología, el Neuromarketing, etc. En los últimos años, se ha profundizado en la evaluación de los diferentes sistemas de la respuesta emocional (Bechara & Tranel, 2000; Borod, 2000; Lang et al., 1997) y en el estudio del sustrato neurofisiológico de las emociones (Emery y Amaral, 2000; LeDoux, 1996; Panksepp, 1998). Este enfoque también ha explorado la influencia de las emociones en procesos cognitivos clave, como la toma de decisiones (Damasio, 1994), este proceso implica diversas estructuras cerebrales, como la corteza prefrontal, el sistema límbico y el cerebelo, cuyas lesiones pueden afectar la adaptación en la vida diaria. La Hipótesis del Marcador Somático (en inglés: Somatic Marker Hypothesis, SMH) ofrece un marco teórico para comprender cómo las señales somáticas ligadas a las emociones influyen en las decisiones racionales en situaciones de toma de decisiones. Thayer propone el Modelo de Integración Neurovisceral (en inglés: Neurovisceral Integration Model NVM), que destaca un circuito neural conectando estructuras corticales y subcorticales para la comunicación entre procesos psicológicos y fisiológicos. El modelo propone una red neuronal cortical-subcortical llamada Red Autónoma Central (Benarroch, 1993; 1997; Masterman y Cummings, 1997) que actúa como nexo entre procesos cognitivos, emocionales y fisiológicos. La corteza prefrontal desempeña un papel crucial en la regulación del comportamiento y el autocontrol, estableciendo conexiones clave en la amígdala. Davidson, Putman y Larson (2000) sugieren que la inhibición de emociones negativas implica una conexión bidireccional entre la corteza prefrontal ventromedial (en inglés: ventromedial Prefrontal Cortex, vmPFC) y la amígdala. En situaciones estresantes, la amígdala puede impulsar respuestas rápidas, mientras que la corteza prefrontal modera reacciones excesivas, permitiendo decisiones reflexivas. Por tanto, multitud de investigaciones sugieren que la Red Autonómica Central y el circuito emocional propuesto por Damasio, forman una red unificada que modula recursos psicofisiológicos en la atención y la emoción. Asimismo, el uso de la Iowa Gambling Task (IGT, Bechara et al., 1994) y de neuroimágenes ha revelado la intrincada red cerebral que respalda la toma de decisiones en la incertidumbre. La IGT, desarrollada en 1994, es una tarea psicológica que evalúa la toma de decisiones en situaciones de incertidumbre, simulando la toma de decisiones en la vida real, y se utiliza en investigaciones para estudiar trastornos neuropsiquiátricos, adicciones y otros trastornos debido a su implicación en la interacción entre procesamiento emocional y toma de decisiones. Esta tarea psicológica se ha aplicado en multitud de poblaciones, tanto sanas como clínicas. En el contexto de la toma de decisiones, se trata de evaluar opciones y elegir la más apropiada en una situación determinada. La flexibilidad cognitiva es la habilidad para ajustar estrategias de procesamiento cognitivo y emocional en respuesta a diversos estímulos y desempeña un papel crucial en el proceso de toma de decisiones. Esta capacidad es fundamental para el aprendizaje y la selección de estrategias apropiadas según la situación y es reconocida como una característica esencial de la inteligencia humana (Boroditsky et al., 2010; Deak, 2003; Guilford, 1962; Karmiloff-Smith, 1992; Ionescu, 2012), cobrando especial relevancia en el contexto de la toma de decisiones. En contraste, la inflexibilidad cognitiva implica la dificultad para modificar representaciones cognitivas y comportamientos frente a condiciones cambiantes. La inflexibilidad cognitiva se conceptualiza como un trastorno transdiagnóstico central en una variedad de trastornos psicológicos que implica la toma de decisiones disfuncionales (Parnaudeau et al., 2018; Voon et al., 2017; Wyckmans et al., 2019). La deficiencia de estrategias adecuadas en la toma de decisiones desempeña un papel muy importante en el desarrollo de una adicción (Fraser & Janak, 2019; Groman et al., 2019; Sebold et al., 2017; Vandaele y Ahmed, 2021) y en la aparición de comportamientos disruptivos y violentos (Lausi et al., 2023; Turner et al., 2018). Tanto los consumidores de drogas como los perpetradores de violencia de género exhiben alteraciones en la dimensión de inflexibilidad cognitiva. Las bases neuroanatómicas de esta inflexibilidad coinciden con las conexiones entre las regiones orbitofrontales y las estructuras subcorticales que regulan las emociones (núcleo acumbens y amígdala). La desconexión funcional entre estas estructuras, según Damasio (1994), podría explicar en parte tanto las conductas adictivas como las de maltrato. Por lo tanto, sería razonable anticipar que en ambos grupos, en comparación con personas sin tales trastornos (con niveles no clínicos de inflexibilidad cognitiva o flexibles cognitivamente), se encuentren correlaciones significativas entre inflexibilidad cognitiva, toma de decisiones y regulación emocional. En el ámbito de la investigación emocional, se ha experimentado un notable avance en la obtención de medidas objetivas, con un enfoque particular en las respuestas fisiológicas. Este progreso ha sido impulsado por investigaciones lideradas por el grupo de Lang. En este contexto, se ha dedicado especial atención al empleo de imágenes del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS, International Affective Picture System), como un instrumento compuesto por un conjunto de estímulos visuales estandarizados que abarca una amplia gama de emociones para generar emociones en laboratorio. Los estudios del grupo de Lang, que se remontan a trabajos fundamentales como los de Greenwald, Cook y Lang (1989), Ham, Greenwald, Bradley y Lang (1993), y Lang, Greenwald, Bradley y Hamm (1993), han contribuido significativamente a la comprensión de las respuestas psicológicas y fisiológicas desencadenadas por estímulos emocionales. El objetivo general de la presente tesis doctoral es examinar la relación entre la inflexibilidad cognitiva, la toma de decisiones y la modulación emocional. Se estudiaron los posibles efectos moduladores entre estas variables para comprender el mecanismo subyacente compartido que afecta tanto a la disfunción ejecutiva como a la modulación emocional. Para abordar este objetivo general se realizaron cuatro estudios secuenciales. La inflexibilidad cognitiva se evaluó con la Escala de Persistencia del TCI-R de la versión española del Inventario de Carácter y Temperamento de Cloninger (TCI-R) de Gutiérrez-Zotes y colaboradores (2004), la toma de decisiones se evaluó con la prueba neuropsicológica IGT, y la modulación emocional se evaluó mediante el paradigma de visualización de imágenes afectivas de Lang (1994). El primero de los estudios examinó el impacto de la inflexibilidad cognitiva en la sensibilidad cardiaca a las recompensas monetarias en una muestra no clínica de estudiantes universitarios. Se investigaron los impactos de la inflexibilidad cognitiva tanto en la toma de decisiones como en la tasa cardiaca, empleando la IGT como prueba ejecutiva para evaluar la toma de decisiones. Para ello se examinó el rendimiento en la IGT en participantes con alta inflexibilidad cognitiva y baja inflexibilidad cognitiva. Además, se exploró la vinculación entre la alta inflexibilidad cognitiva y una toma de decisiones subóptima, así como su conexión con una mayor sensibilidad a recompensas monetarias. Asimismo, se analizó la reactividad cardiaca frente a ganancias y pérdidas monetarias en participantes con alta inflexibilidad cognitiva durante la ejecución de la IGT. En la fase inicial del procedimiento, los participantes llevaron a cabo la evaluación del TCI-R, completando todas sus escalas, entre las cuales se incluía la escala de persistencia. Posteriormente, fueron categorizados en dos grupos en función de su nivel de persistencia o inflexibilidad cognitiva. A continuación, se registró la reactividad cardiaca mientras los participantes realizaban una versión computarizada de la IGT. En base a los resultados obtenidos, no se pudo establecer una relación directa entre la inflexibilidad cognitiva y el rendimiento en la IGT. Sin embargo, sí se observó una mayor tasa cardiaca en respuesta a las ganancias monetarias en individuos con alta inflexibilidad cognitiva, indicando una mayor sensibilidad a las recompensas en este grupo. En el segundo estudio se examinó la conexión entre el rendimiento deficiente en la IGT y la sensibilidad cardiaca a ganancias y pérdidas monetarias en una muestra de reclusos. El análisis se centró en la reactividad cardiaca ante ganancias y pérdidas monetarias durante la realización de la IGT, con el propósito de identificar patrones de respuesta, como una mayor reactividad ante ganancias o pérdidas monetarias. Se siguió un procedimiento paralelo al del primer estudio, donde los participantes fueron agrupados según su nivel de inflexibilidad cognitiva/persistencia. Se evaluó la toma de decisiones con la IGT y al mismo tiempo se registró la tasa cardiaca. Los resultados revelaron que en la IGT todos los reclusos mostraron un rendimiento muy deficiente, sin evidencia de aprendizaje en la prueba, independientemente de su nivel de inflexibilidad cognitiva. En cuanto a las ganancias monetarias, se observaron notables aceleraciones cardiacas en todos los participantes, independientemente de su nivel de inflexibilidad cognitiva. El tercer estudio tuvo como propósito explorar las diferencias en la modulación del reflejo de sobresalto y de la tasa cardiaca en una muestra no clínica (población universitaria) con rendimiento alto y rendimiento bajo en la IGT durante la exposición a una serie de imágenes emocionales. El objetivo era explorar las diferencias en la modulación del reflejo de sobresalto y de la tasa cardiaca en una muestra no clínica (población universitaria) con alto y bajo rendimiento (mejor o peor toma de decisiones) en la IGT. Se examinó la relación entre el rendimiento en la IGT y la magnitud del reflejo de sobresalto, además de los cambios en tasa cardiaca durante la visualización de imágenes afectivas. Se emplearon las puntuaciones obtenidas de la IGT para categorizar a los participantes en dos grupos: rendimiento alto y rendimiento bajo. En una sesión posterior, se llevó a cabo una prueba de modulación del reflejo motor de sobresalto y de la tasa cardiaca siguiendo el paradigma de la visualización de imágenes afectivas del IAPS (IAPS; Lang, Bradley y Cuthbert, 1999; Moltó et al., 1999). El reflejo de sobresalto, medido por la electromiografía del músculo orbicular, es un indicador fiable de la respuesta emocional, con una relación lineal con las categorías de valencia agradable, neutral y desagradable (Bradley y Lang, 2007; Bradley et al., 2006, 2001; Cuthbert, Bradley y Lang, 1996; Gantiva, Guerra y Vila, 2014; Grillon y Baas, 2003). Por otro lado, en la tasa cardiaca, las imágenes agradables presentan una breve aceleración tras una desaceleración inicial, mientras que las imágenes negativas generan una mayor desaceleración inicial que las imágenes positivas o neutrales (Bradley y Lang, 2000; Lang et al., 1993; Libby, Lacey y Lacey, 1973; Vico et al., 2010). Los resultados muestran una mayor magnitud del reflejo de sobresalto en el grupo de bajo rendimiento. Además, se observaron diferencias significativas en la magnitud del sobresalto en relación con el tipo de valencia afectiva de la imagen. Específicamente, el grupo de rendimiento alto en la IGT presentó diferencias significativas entre las categorías de imágenes agradables y desagradables, mientras que el grupo de rendimiento bajo mostró diferencias entre todas las categorías de imágenes. En la tasa cardiaca, no se detectaron diferencias significativas entre ambos grupos, aunque sí se observaron mayores deceleraciones iniciales en respuesta a las imágenes desagradables. En definitiva, los resultados del reflejo de sobresalto respaldan la propuesta de un mecanismo inhibitorio, apoyado por modelos como el SMH y el NVM, que implica una interacción entre la amígdala y el vmPFC en el proceso de toma de decisiones. El cuarto estudio tuvo como objetivo examinar las discrepancias en la modulación del reflejo de sobresalto y la tasa cardíaca en una población penitenciaria con alto y bajo rendimiento en la IGT durante la exposición a imágenes emocionales. Se evaluó la relación entre el rendimiento en la IGT, la magnitud del reflejo de sobresalto y las variaciones en la tasa cardíaca durante la visualización de imágenes afectivas. Siguiendo el mismo procedimiento y los mismos objetivos que el tercer estudio, los participantes fueron clasificados en grupos de rendimiento alto y bajo según sus puntuaciones de rendimiento en la IGT, y posteriormente se llevó a cabo una prueba de modulación del reflejo motor de sobresalto y la tasa cardiaca siguiendo el paradigma de la visualización de imágenes afectivas. No se encontraron diferencias significativas en la magnitud de los reflejos defensivos, tanto del reflejo de sobresalto como de la tasa cardíaca, entre los dos niveles de rendimiento en la IGT en este grupo poblacional. Aunque los resultados del reflejo de sobresalto indican una tendencia que respalda la hipótesis de un mecanismo inhibitorio de la corteza prefrontal sobre la amígdala durante la toma de decisiones, respaldada por modelos como el SMH y el NVM, no alcanzó significación estadística. Sin embargo, esta tendencia no se refleja en la respuesta de la frecuencia cardíaca. En resumen, tanto en la muestra de estudiantes como en la de reclusos se observa un aumento de la tasa cardiaca ante las ganancias monetarias, sin embargo, no podemos establecer una clara conexión entre la inflexibilidad cognitiva y la toma de decisiones. En la muestra de estudiantes se observa una respuesta mayor en la tasa cardiaca en el grupo con mayor inflexibilidad cognitiva, mientras que en la muestra de prisión no encontramos esta diferencia asociadas al nivel de inflexibilidad cognitiva. En los estudios 3 y 4 dividimos la muestra por su rendimiento en la IGT, los resultados indican que tanto la muestra de estudiantes (estudio 3), como la muestra de reclusos (estudio 4) muestran un patrón de modulación emocional del reflejo de sobresalto y de la tasa que es coherente con las investigaciones anteriores realizadas en el contexto de la modulación emocional. Concretamente en el reflejo de sobresalto se observa una potenciación de dicho reflejo ante las imágenes desagradables y una inhibición ante las imágenes agradables, quedando las imágenes neutras en una posición intermedia. Respecto a la tasa cardiaca encontramos un patrón trifásico con una mayor desaceleración inicial ante la visualización de las imágenes desagradables frente a las agradables y neutras. En lo que respecta a las diferencias entre grupos encontramos que los estudiantes con bajo rendimiento en la ejecución de la IGT presentan una mayor magnitud en el reflejo que los estudiantes con alto rendimiento, en cambio en la muestra de reclusos no encontramos diferencias, entre los grupos de alto y bajo rendimiento en la ejecución de la IGT, en la magnitud del reflejo motor de sobresalto. Una explicación más detallada puede encontrar en apartados de, resultados y discusión de cada uno de estos estudios (capítulos V y VI respectivamente).