Proyecto FEDER"Avance multidisciplinar en la gestión y conocimiento de las cubiertas de restos de poda en olivar a escala árbol, parcela y explotación”
- A. Rodríguez-Lizana 1
- M. Moreno-García 1
- F. Pérez Serrano 1
- R. González Ruiz 2
- A. García Fuentes 2
- M. Sainz Pérez 1
- M. Ramos Rodríguez 3
- J.L. Gómez Flores 3
- M. Repullo Ruibérriz de Torres 4
- R. Carbonell Bojollo 3
- R. Ordóñez Fernández 3
- 1 Universidad de Sevilla. España
- 2 Universidad de Jaén. España
- 3 IFAPA Alameda del Obispo. Córdoba. España
- 4 Universidad de Córdoba. España
ISSN: 1885-8538
Año de publicación: 2023
Número: 53
Páginas: 22-28
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Agricultura de conservación: AC
Resumen
El olivo (Olea europaea) es uno de los cultivos mejor adaptados a las condiciones mediterráneas, caracterizadas por la irregularidad de las precipitaciones y las elevadas temperaturas estivales. La mayor concentración de olivar se encuentra en el sur de la Península Ibérica, donde ocupa grandes extensiones de paisaje. Estas amplias superficies cultivadas sufren procesos de degradación, relacionados fundamentalmente con la erosión del suelo, que están ocasionando una importante pérdida de biodiversidad. Así como una elevada disminución del carbono orgánico del suelo. Ello ocurre porque al laboreo se le une la retirada de la vegetación situada en las calles del olivar, por lo que, en los marcos de plantación habituales -de entre 5 y 10 m- existe un amplio porcentaje de suelo indefenso ante la acción de los agentes geológicos externos, especialmente el agua (Vanwalleghem et al., 2011). La pérdida de suelo de los olivares resulta muy superior a su tasa de formación, por lo que puede considerarse al suelo como un recurso no renovable. De esta forma, está desapareciendo progresivamente el sustrato que sirve de base al mantenimiento de la fertilidad. Pero que también actúa como sumidero de carbono, alberga una rica biodiversidad y es clave para multitud de procesos naturales.