La enseñanza de la filosofía en la adolescencia, garante de la creatividad como pilar de la resiliencia y desarrollo positivo

Resumen

El currículo de las materias que conforman el área de Filosofía permite un tratamiento sensible a la consideración de la creatividad como pilar de resiliencia y como activo de desarrollo positivo en la adolescencia. De esta manera, la enseñanza académica de la Filosofía supone un entorno apropiado para afrontar el incremento del índice de trastornos por ansiedad y depresión entre la juventud de nuestro país. Con esta introducción, se propone como hipótesis de trabajo la mejora del bienestar juvenil a través del análisis de las posibilidades creativas de las sesiones de Filosofía como entorno de enseñanza y aprendizaje. Esta hipótesis se desarrolla a lo largo de cinco capítulos conforme a una estructura organizada en dos partes. La primera de ellas indaga en las posibilidades de retorno de la adolescencia a un modelo de desarrollo saludable. Para ello se analizan los síntomas de un malestar civilizatorio en Occidente de índole ontológico, análisis que arroja un diagnóstico patológico de la capacidad creadora del ser humano. Dicha capacidad ha devenido vicaria y vacía, incidiendo así en la cancelación de una parte consustancial de su ser más original. La población juvenil queda afectada por esta circunstancia, cuestión que motiva un análisis sobre los modelos de desarrollo de la adolescencia. Frente a una imagen deficitaria de la salud adolescente, que entiende el bienestar como ausencia de enfermedad, la pregunta por una vida buena orienta la investigación en el antiguo ideal de felicidad eudaimónica y en la forma en que los modelos de competencia, resiliencia y bienestar positivo adolescente pueden contribuir a la consecución de un bienestar intencional, subjetivo y crónico. En esta visión positiva de la adolescencia, la estimulación de entornos de creatividad juega un papel fundamental. Se propone una revisión de los aportes más significativos que desde la historia de la filosofía se han realizado en torno al concepto “creatividad” para conocer los cimientos teóricos que han dado forma a nuestras preconcepciones sobre la creatividad. La segunda parte propone una justificación curricular que proporciona el apoyo normativo necesario para el estímulo de los procesos creativos en el área de Filosofía y la realización de propuesta metodológica apropiada. Para ello, se presentan los fundamentos de nuestro sistema educativo basado en un modelo de enseñanza competencial y se explicita la contribución de la creatividad a dicho modelo a través de su presencia y función en cada una de las diferentes competencias clave. Se completa la justificación curricular con una selección de criterios de evaluación y estándares de aprendizaje vinculados a la creatividad en las materias del área de Filosofía. Dicha selección permite identificar el tipo de aprendizajes que deben promoverse en el aula y el modo en que debe hacerse. Finalmente, se propone el proyecto de Filosofía para Niños como marco metodológico más apropiado para llevar a la práctica los requerimientos de la norma educativa en torno a una educación creativa basada en aprendizajes competenciales. Se concluye que la creatividad es un motor de desarrollo social y cultural en todas las etapas y, en concreto, en la adolescencia. La estimulación sistemática de procesos de creación en el aula de Filosofía dota al alumnado de una herramienta poderosa para afrontar los problemas que comprometen su bienestar.