Estudio arqueozoológico del perro en la prehistoria reciente de la Península IbéricaCaracterización de la especie y sus depósitos en contextos arqueológicos del calcolítico y la edad del bronce, finales del IV-II milenio AC

  1. Daza Perea, Arantxa
Dirigida por:
  1. Corina Liesau von Lettow-Vorbeck Director/a
  2. Patricia Ríos Mendoza Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2019

Tribunal:
  1. Concepción Blasco Presidente/a
  2. Arturo Morales Muñiz Secretario/a
  3. Cleia Detry Vocal
  4. Concepción Azorit Vocal
  5. Carlos Fernández Rodríguez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El estudio de los depósitos de perros documentados en yacimientos arqueológicos de la Península Ibérica desde finales del IV al II milenio a.C. constituye el objetivo fundamental de esta Tesis Doctoral. El origen de esta investigación está en el estudio de varios depósitos del yacimiento Camino de las Yeseras que en el presente trabajo se retoma y se abordan nuevos análisis pormenorizados dadas sus singulares características. A nivel peninsular se han recogido en un compendio general los datos a partir de la consulta de obras monográficas, revistas científicas, noticias e informes de excavación inéditos con el fin de conocer esta manifestación de forma global y caracterizarla en todas sus expresiones. Tanto los restos óseos de perros localizados en depósitos como otros procedentes de varios yacimientos peninsulares han sido sometidos a un exhaustivo estudio osteométrico y morfológico. Por medio de la aplicación de índices biométricos y de la morfometría geométrica se presentan nuevos resultados para caracterizar la especie durante la Prehistoria Reciente en el ámbito peninsular. La recopilación de los datos obtenidos por otros investigadores en un total de 160 depósitos y el estudio en persona de conjuntos procedentes de 23 yacimientos  publicados e inéditos ha permitido constatar que dichos depósitos presentan pautas similares en prácticamente toda la Península Ibérica. La colocación de perros completos o parciales dentro de estructuras fue una importante expresión de naturaleza simbólica desde finales del IV milenio. Unido a ello, la participación de la especie en las actividades cotidianas es bastante probable que le confiriese la importancia que explicaría también su presencia en contextos destacables, pese a su escasa representatividad en los poblados frente a otros taxones. El estudio de los registros ha permitido observar una serie de rasgos comunes y también diferenciadores entre los depósitos a partir de las cuales se propone su clasificación como realidades presentes en al menos tres categorías de estructuras: en hoyos, en espacios destacados y en espacios funerarios. La propuesta de análisis se concentra en resaltar tanto la presencia de los hallazgos como sus tipos, cuestión en la que también se han hallado matices como la colocación de animales completos frente a esqueletos parciales o porciones anatómicas concretas. Las diferencias entre depósitos tendrían que ver con razones relacionadas con su significado, el cual por el momento solo es posible inferir de forma hipotética. La hipótesis de partida se basa en el planteamiento de que una misma especie que se documenta de diferentes maneras en el registro arqueológico, pudo tener también morfologías diferentes. Mientras que esta cuestión podría relacionarse con distintas finalidades simbólicas, en el desarrollo de trabajo se planteó la posibilidad de que tuviese ver con unas características físicas diferenciadoras entre los ejemplares. Sin embargo, la osteometría tradicional ha ofrecido datos que muestran una población bastante homogénea en lo referente a la altura en la cruz y los criterios de robustez obtenidos de la población analizada. No obstante, por medio de la morfometría geométrica el estudio de la forma de un hueso con implicaciones biológicas como es la mandíbula ha mostrado una variabilidad entre los ejemplares que constituye un resultado novedoso para los estudios arqueozoológicos sobre esta especie. El perro, que generalmente constituye una especie de poca relevancia en cuanto a su número de restos en los yacimientos de la Prehistoria Reciente, ocupó un espacio destacado en el plano simbólico de estas poblaciones peninsulares. La colocación en espacios singulares tras su muerte o sacrificio, junto con su utilidad y el apego durante la vida para con sus dueños, son señas de que la versatilidad que le caracteriza ya fue un valor destacable y apreciado en la Prehistoria. Estos depósitos como actos con una finalidad mágico-religiosa no se pueden descartar, siendo muy probable que se celebrasen como parte de ceremonias conmemorativas o de rituales propiciatorios. La cuestión de si algunas características físicas o de aspecto fueron determinantes para incluir a estos perros en los depósitos continúa siendo una incógnita. Por el momento no es posible relacionar esta selección con la variabilidad identificada en la forma de las mandíbulas. Sin embargo, este hallazgo podría estar apuntando hacia un estado inicial de posible selección y reproducción de características de la especie por parte del ser humano. Su resultado sería esta ligera variación en formas mandibulares que muy probablemente estaría unida a las del cráneo. Por tanto se abren futuras posibilidades de investigación en este sentido, aunque siempre condicionadas al estado de conservación de los materiales. Los resultados de esta investigación resaltan la importancia de llevar a cabo estudios adecuados sobre el material arqueozoológico, dada la manifiesta potencialidad y calidad de la información que pueden ofrecer. De las técnicas empleadas para su recuperación, así como el almacenaje va a depender en gran medida que estos restos se conserven adecuadamente. Siendo esta una cuestión que ha estado muy presente a lo largo de este trabajo, es necesario subrayar la importancia de un tratamiento enfocado a la conservación de los restos que potencie la obtención de resultados a través su estudio. El análisis diacrónico de la manifestación de los depósitos resulta complejo debido a la superposición y continuidad de las ocupaciones y a la falta de dataciones en algunos casos. A ello se suma la distinta proporción entre muestras correspondientes al Calcolítico frente a las de la Edad del Bronce, estas últimas en menor número. Este hecho podría constituir en sí mismo una prueba de que el auge del fenómeno se produce durante el III milenio, que comenzaría a diluirse a mediados del II milenio a.C. Esta propuesta deberá ser confirmada con futuras excavaciones a las que será imprescindible que les sigan adecuados estudios de los contextos. La puesta en valor de los contextos que se desarrolla en esta Tesis Doctoral constituye una nueva muestra de que los estudios arqueozoológicos son parte imprescindible del proceso científico de estudio de las poblaciones prehistóricas. Su incorporación en todas las investigaciones permitirá un adecuado y completo avance de las líneas de investigación abordadas en el estudio de la Prehistoria Reciente.