The cost of prospective memory in childrenThe role of Cue focality
- Cejudo García, Ana Belén
- María Teresa Bajo Molina Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 22 de marzo de 2019
- Ángel Fernández Ramos Presidente/a
- Maria Alejandra Marful Quiroga Secretaria
- Patrizia Silvia Bisiacchi Vocal
- Pedro Macizo Soria Vocal
- Teresa Lechuga García Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El recuerdo de llevar a cabo intenciones o memoria prospectiva (MP) es esencial en nuestra vida cotidiana para completar tareas como atender a una cita, recoger un paquete o apagar el horno antes de que la comida se queme. Fallos en este tipo de memoria pueden implicar incluso un riesgo para nuestra salud (olvidar, por ejemplo, tomar una medicación; (Brandimonte et al., 1996 ). Realizar con éxito una tarea de MP implica por un lado, recordar que tienes que realizar una tarea en el momento adecuado (tarea prospectiva) y por otro, recordar qué era lo que debías de realizar (tarea retrospectiva). Por ejemplo: para recordar que tienes que recoger a comprar pan camino de casa, tienes que recordar que debes hacer algo cuando vas camino de casa (tarea prospectiva) y que lo que tienes que hacer es comprar pan (tarea retrospectiva). Para evaluar la MP en el laboratorio se emplea un procedimiento que implica dos tareas: una tarea que el participante realiza de forma continuada en el tiempo (tarea continua) y dentro de esta aparece la clave prospectiva que le indicará al participante que debe realizar la segunda tarea (tarea prospectiva) o intención (Einstein & McDaniel, 2005). El uso de estos procedimientos ha permitido determinar que la MP se desarrolla durante la infancia hasta la adolescencia ( Mattli et al., 2011; Zimmermann & Meier, 2006; Zöllig et al., 2007). Aunque este desarrollo se ha relacionado con la ejecución de ciertas funciones cognitivas como la memoria de trabajo, la inhibición o la flexibilidad cognitiva, no se ha llegado a un acuerdo sobre que procesos están relacionados con su desarrollo (Ford et al., 2012; Mahy & Moses, 2011; Shum et al., 2008) Los objetivos principales de esta tesis son comprender el desarrollo de la MP explorando las diferencias entre tareas que implican distinta carga cognitiva. Particularmente, comparando aquellas tareas donde la clave prospectiva es focal versus aquellas en que la clave es no focal, y actividades en las que la clave es un evento versus tareas donde la clave es la finalización de la propia tarea continua (tareas basadas en la actividad). Además, exploramos estos efectos no solo en tareas de laboratorio sino empleando actividades que los niños realizan en el ámbito escolar. El estudio del desarrollo de la MP es importante por razones teóricas y prácticas. Por un lado, la teoría de preparación atencional y de memoria (PAM: Smith, 2003) y la teoría de procesamiento dual (McDaniel et al., 2015) asume que los niños menores tienen más dificultades cuando deben recordar una intención que aquellos niños mayores ya que la MP implica el mantenimiento de la atención, la monitorización del ambiente para detectar las claves y una vez detectadas, la capacidad para inhibir la tarea que se está realizando, recordar la intención y realizarla. Este tipo de habilidades están en pleno desarrollo y por tanto, requieren más recursos en niños de menor edad (Davidson et al., 2006; López-Vicente et al., 2016; Schleepen & Jonkman, 2009). A pesar de que ambas teorías están de acuerdo en que estos procesos están implicados en la MP, difieren en si siempre es necesario el control atencional para completar una intención. Mientras que la teoría PAM cree que el control de recursos atencionales es siempre necesario para el recuerdo eficaz de intenciones, la teoría de procesamiento dual asume que hay situaciones en las que estos procesos se realizarán de forma más automática. De esta manera, aquellas tareas de MP en las que la clave sean más focales, y por tanto faciliten la detección de esta, no implicarán la necesidad de monitorizarla (Loft et al., 2007). De la misma manera, aquellas claves que estén asociadas a la intención facilitarán el recuerdo espontáneo de la intención (Uttl, 2005). Además otras variables relacionadas con la tarea continua o la clave prospectiva pueden facilitar o hacer más difícil la ejecución en MP (Henry et al., 2004; Rendell et al., 2007). Por lo tanto, de acuerdo con la teoría de procesamiento dual, no siempre es necesario que grandes recursos atencionales estén implicados para completar una intención con éxito. Desde este punto de vista, la teoría de procesamiento dual predecirá menores o no diferencias de edad en situaciones donde el recuerdo requerido es más espontáneo y automático. Partiendo de ese supuesto, la investigación sobre el desarrollo de la PM puede utilizarse para analizar estas teorías. Por otro lado, desde el un punto vista del desarrollo, entender cómo funciona la MP y cómo se de desarrolla en niños de distintas edades es también interesante porque la MP implica procesos ejecutivos y de memoria que nos proporciona un contexto en el que evaluar habilidades como el mantenimiento de intenciones, la habilidad de cambio entre tareas o los procesos de recuperación. Por último, estudiar las dificultades a las que los niños hacen frente cuando están intentando recordar una acción que deben de realizar en el futuro tiene muchas implicaciones en el ámbito aplicado. Normalmente los profesores/as y padres/madres, no responsabilizan a los niños en edad prescolar de que recuerden planes o actividades que necesiten realizar en un futuro, sin embargo esta situación cambia cuando inician la educación primaria. En este momento los padres y profesores comienzan a dar responsabilidades a los niños y niñas y en ocasiones, asumen que deben de recordar llevar materiales a clase al día siguiente o darles a sus padres mensajes de sus profesores, recordar todos las deberes y recordar numerosas cosas que pueden suponer esenciales para su vida social como ir a un cumpleaños o devolver a sus compañeros un libro prestado. El conocimiento de las dificultades que los niños de edades escolares tienen para recordar intenciones y las condiciones que pueden ayudarles a completar dichas responsabilidades podría suponer una mejora para los niños en su ámbito escolar, social o personal. Con el objetivo de identificar los mecanismos subyacentes al desarrollo de MP, diseñamos y llevamos a cabo tres experimentos en los que evaluamos el desempeño de los niños en tareas de MP (de 6 a 11 años de edad). Con esta finalidad, manipulamos la focalidad de la clave de MP ya que resultados de estudios anteriores han demostrado que afecta al rendimiento en MP (Kliegel et al., 2013; Wang et al., 2011). Primero, exploramos si la capacidad de monitorizar las claves de MP se desarrolla con la edad observando el coste de la tarea prospectiva sobre la tarea continua (Experimento 1). Nuestros resultados mostraron que el grupo de niños mayores (11 años) tuvo un desempeño similar en la condición en la que solo realizaba la tarea continua de forma individual y en la condición en la que además de la tarea continua se le pidió que completara una tarea de MP focal, sin embargo si se encontraron diferencias cuando la condición de tarea continua individual se comparó con la condición en la que también estaba incluida una tarea de MP con claves no focales. Curiosamente, este patrón de resultados fue diferente para el grupo de menor edad (6 y 7 años), en el que se encontraron diferencias entre todas las condiciones (tarea continua individual, focal y no focal). Estos hallazgos respaldan la idea de que los niños mayores adaptan sus estrategias de monitorizar a las dificultades impuestas por la naturaleza de las claves de PM, mientras que los niños más pequeños parecen no poder adaptar sus estrategias en función de los requisitos de la tarea (las tareas de PM focal y no focal causaron costos similares en la tarea continua). En segundo lugar, profundizamos en el análisis de la MP para identificar cambios evolutivos en los componentes prospectivos y retrospectivos incluidos en el recuerdo de intenciones. Para ello, se evaluó el desempeño en tareas focales y no focales de MP en niños de 6 a 7, de 8 a 9 y de 10 a 11 años al mismo tiempo que se registró su actividad cerebral (a través de electroencefalografía: EEG). Los registros de EEG nos permitieron analizar potenciales evocados relacionados con la detección de la clave (N300; West, 2011), la capacidad de cambio entre la tarea continua y la área prospectiva (FN400; Bisiacchi et al., 2009), la recuperación de la intención y la monitorización (positividad parietal y onda lenta frontal; West, 2011). Los resultados mostraron diferencias entre los distintos potenciales en las condiciones focal y no focal en los dos grupos de niños de mayor edad, mientras que estas diferencias no fueron evidentes en los niños más pequeños (grupo de 6 años). Este hallazgo podría indicar que a partir de los 8 años de edad, los niños podían usar diferentes estrategias para detectar las claves prospectivas, para cambiar de la tarea continua a la prospectiva y para recuperar la intención. Los niños más pequeños, sin embargo, no parecen haber desarrollado la capacidad de adaptar estos procesos a los requisitos de la tarea PM. Finalmente, queríamos explorar si la capacidad de adaptar las estrategias al a las características la tarea prospectiva se extendía a la comparación entre tareas en las que las claves son la aparición de eventos (basadas en el evento) con aquellas donde la clave prospectiva es la finalización de la propia tarea continua (basada en la actividad; Kvavilashhvili & Ellis, 1996). Además, en nuestro tercer experimento, queríamos asegurarnos de que los efectos obtenidos no se debían a la dificultad de las tarea continua no estuviera adaptadas a la edad del participante o a la naturaleza artificial de las tareas de MP empleadas en el laboratorio. Nuevamente, comparamos el desempeño de niños de 6 a 7 años y de 10 a 11 años en tareas basadas en eventos y actividades que fueron similares al tipo de actividades que los niños y niñas realizan en el colegio. Nuestros resultados mostraron una diferencia con los resultados obtenidos en el experimento 2, los efectos de la edad no solo se produjeron en las tareas que requerían más recursos (la condición no focal), sino que al adaptar la tarea continua a la edad de los participantes y realizarla en un entorno natural, los efectos de la edad fueron evidentes tanto en la tarea basada en el evento (tarea focal) como en aquellas basadas en la actividad. Posiblemente esto se deba al hecho de que en las tareas de laboratorio, las claves de tareas focales son más salientes que las que se utilizan en entornos naturales, y por tanto este tipo de claves son más fáciles de detectar y procesar por los niños más pequeños. Además, en el experimento 3, exploramos si la motivación modulaba los efectos del tipo de tarea de MP o las diferencias en edad. Con este propósito, incluimos un grupo en el que se informó a los niños que recibían una recompensa (grande o pequeña) en función de su desempeño en las tareas de MP. Nuestros resultados indicaron que la motivación solo tuvo un efecto marginal evidente para la condición más difícil (tarea basada en la actividad), apoyando la idea de que la motivación durante la niñez solo puede beneficiar los procesos de monitorización necesarios para realizar las tareas de MP cuando estas incluyan claves de MP menos salientes, mientras que en las condiciones de recuperación de la intención que involucran menor control atencional porque las claves son más fáciles de detectar, la motivación tiene un efecto menor. En definitiva, el recuerdo de intenciones se desarrolla durante la edad escolar y nuestros tres experimentos concluyen que los niños se benefician del tipo de claves a partir de las cuáles se realiza la intención, siendo las tareas que implican claves más salientes más fáciles de recordar. Además, nuestros resultados concluyen que a partir de los 8 años los niños son capaces de adaptar sus estrategias para recordar en función de la dificultad de la tarea, mientras que en niños de edades más tempranas no se observa esta habilidad. Por último, nuestros resultados muestran indicios de mejora en la ejecución de estas tareas cuando los niños han sido previamente motivados, y en particular, cuando realizaron tareas en la que las claves para recordar no aparecían explícitamente. Estos resultados nos permiten concluir que el uso de localizaciones adecuadas para las claves y la motivación mejorarán el recuerdo de realizar acciones futuras durante la infancia. Bisiacchi, P. S., Schiff, S., Ciccola, A., & Kliegel, M. (2009). The role of dual-task and task-switch in prospective memory: Behavioural data and neural correlates. Neuropsychologia. https://doi.org/10.1016/j.neuropsychologia.2009.01.034 Brandimonte, M. A., Einstein, G. O., & McDaniel, M. A. (1996). 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