La proyección de las guerras púnicas en el cine italiano del primer novecentoCabiria (1914) y Scipione l'Africano (1937)
- Dávila Vargas-Machuca, Miguel
- Francisco José Salvador Ventura Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 09 de junio de 2017
- Leonor Pérez Gómez Presidente/a
- Pedro Aguayo de Hoyos Secretario/a
- Oscar Lapeña Marchena Vocal
- M. Gloria Camarero Gómez Vocal
- Pedro Castillo Maldonado Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El Reino de Italia había nacido en 1861 tras un proceso de unificación que se completaría de forma efectiva en 1870 con la incorporación al país de los Estados Pontificios, aunque debería aún esperar al término de la Primera Guerra Mundial para contar con unas fronteras esencialmente similares a las que presenta en la actualidad. A principios del siglo XX Italia se presentaba aún como un estado joven, con unas pocas décadas de vida, y cierto déficit de cohesión nacional y de espíritu colectivo tras siglos de dominación de sus diversos territorios por distintas potencias europeas. A pesar de desarrollar su industria cinematográfica con algunos años de retraso frente a otros grandes centros de producción como Francia o Estados Unidos, Italia consiguió auparse hasta la vanguardia mundial de la cinematografía en los años precedentes a la Gran Guerra, hasta que el testigo fue tomado por la producción estadounidense, aprovechando la profunda crisis del país durante el conflicto. En esta coyuntura prebélica, el cine italiano recurrió a producciones que retrataban el pasado para llegar a un público italiano necesitado de símbolos de unidad nacional, por lo que se escogieron principalmente dos momentos históricos a recrear. Por una parte, la vuelta al Risorgimento, la etapa de unificación del país a lo largo del siglo XIX, cercana en el tiempo y bien presente en la sociedad italiana de principios del siglo XX. Y por otra, con una explotación y una profundización mucho mayor, la evocación de la Roma Antigua, la gloriosa etapa histórica en la que Roma había pasado de ser una pequeña ciudad rural en el centro de la Península Itálica a convertirse en el caput mundi, en el centro del poder de toda la cuenca mediterránea y, por ende, de la mayor parte del mundo (occidental) conocido; a pesar de la lejanía en el tiempo de ese momento del pasado, los restos materiales de la Antigüedad disponibles y una tradición marcada a fuego en el imaginario colectivo italiano a lo largo de los siglos hacían de ella una etapa sobradamente conocida por los habitantes del joven país. De hecho, el enorme éxito y el gran favor del público italiano hacia las cintas históricas que recrearon la Roma Antigua tienen relación directa con la necesidad por entonces de aprehender símbolos que apuntalaran la cohesión nacional. En este contexto, los retratos cinematográficos italianos del Mundo Antiguo aportaron de una forma directa y espectacular una suerte de mitología histórica que contribuiría a la configuración nacional italiana. E incluso aportarían una perspectiva de evocación de las glorias militares que Roma había alcanzado en la Antigüedad y de las que Italia debía ser su legítima heredera en el siglo XX, una idea que tendría su continuidad en la etapa fascista. Este trabajo pretende sumarse a los diversos estudios ya realizados con frecuencia en el ámbito literario sobre la actualidad y pervivencia de la Antigüedad en el mundo contemporáneo, pero en esta ocasión desde una perspectiva cinematográfica, un campo en el que aún son escasas las aportaciones en este sentido. Las dos películas de recreación de la Antigüedad realizadas en la Italia del Primo Novecento que se han seleccionado como documentos principales, Cabiria (1914) y Scipione l’Africano (1937), se convierten en un testimonio de determinadas formas de retratar el pasado, pero también en vehículos mediante los cuales se puede realizar una aproximación a la realidad de una sociedad europea de las primeras décadas del siglo XX como la italiana. El principal logro de este trabajo y el más novedoso respecto a otros estudios precedentes sobre la relación entre el Cine y la Historia Antigua es partir de una doble consideración de las películas históricas analizadas, al entenderlas como hechos de doble historicidad, es decir, no sólo como reconstrucciones más o menos fiables del Mundo Antiguo, sino también como portadoras de mensajes absolutamente vivos del presente de su realización. El objetivo fundamental es constatar el hecho crucial de la pervivencia del Mundo Clásico a lo largo del tiempo hasta la actualidad y la influencia que ha ejercido y sigue ejerciendo sobre las sociedades contemporáneas. Son múltiples los aspectos políticos, sociales, artísticos, culturales o intelectuales en los que se puede documentar esta impronta de la Antigüedad. En el caso concreto de este trabajo, se rastrea esta pervivencia y se postula su importancia a través del Cine, el medio de comunicación por excelencia del siglo XX. El Cine fue reconocido desde sus inicios como un potente medio de escritura histórica, capaz de construir una determinada visión del pasado y, sobre todo, de crear opiniones conscientes y premeditadas. Por ello, con este trabajo se pretende analizar y evidenciar cómo la Roma Antigua se convirtió en un instrumento muy útil de concienciación nacional para la Italia de los inicios del siglo XX en dos sentidos: reforzando por un lado la cohesión interna en un estado joven y de frágil espíritu común; y, por otro, justificando el expansionismo colonial italiano tanto en la década de 1910 como durante el período fascista.