El duende lorquianode hallazgo poético a lugar común flamenco

  1. León Sillero, José Javier
Dirigida por:
  1. Andrés Soria Olmedo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 22 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Antonio Jiménez Millán Presidente/a
  2. Juan Mata Anaya Secretario/a
  3. Rafael Alarcón Sierra Vocal
  4. Leonor Pérez Gómez Vocal
  5. Miguel Gallego Roca Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

RESUMEN Entre las muchas interpretaciones de la conferencia de Lorca Juego y teoría del duende (Buenos Aires, 1933), destacan, por frecuentadas, la artístico-literaria y la flamencológica. Ambas han pecado frecuentemente de egotistas y desdeñosas de los hallazgos ajenos, actitud que ha dificultado el abordaje de auténticas lecturas interdisciplinares. La conferencia conecta como pocos textos lorquianos tales categorías, creación artística y flamenco, describiendo un viaje circular inexplorado –del flamenco al flamenco–, y ha llegado a convertirse, gracias a su fuerza estética, a su apropiación flamenca y a la fama póstuma del poeta, en un éxito de recepción y reproducción. De otro lado, el proceso que suele seguir la creatividad lorquiana (hallazgo, propio o ajeno; entusiasmo; hipérbole; poetización) ha alimentado importantes confusiones entre los planos real y figurado que hemos estimado preciso clarificar. Estas carencias, junto a la necesidad de revisar los documentos originales, motivaron nuestro impulso investigador. Lorca parte de unas contundentes aseveraciones sobre el uso extendido del término duende y la expresión tener duende, para las que aporta una serie de pruebas testimoniales de artistas flamencos; sin embargo, la investigación léxico-semántica demuestra que en 1933 la palabra carecía de los sentidos que el poeta añade a la antigua voz castellana. Su duende es un hallazgo poético, un neologismo de sentido históricamente no percibido como tal: ocurre que, sin cuestionar su grado de veracidad, hemos creído populares y usuales acepciones radicalmente nuevas. Para enmarcarlo históricamente abordamos un cotejo con otros tres neologismos de autor de carácter estético acuñados en el primer tercio del siglo XX: greguería, esperpento y nivola, y los vinculamos a las reflexiones de José Bergamín sobre el disparate, acabando por reclamar para el sentido neológico de duende definición más precisa en el DRAE, que incluya la rúbrica de Lorca. Nuestra exploración de las fuentes hemerográficas nos llevó a descubrir a un duende flamenco prelorquiano, nacido en la década de 1920, probable eco de una creación jergal de artistas bajoandaluces. Aparece profusamente mencionado en artículos y críticas del periodista sevillano Galerín. Lorca pudo fácilmente haber accedido a él: a través de este articulista, que viajó a Granada en 1922 como reportero, o de artistas del eje Sevilla-Cádiz (Manuel Torre, la Malena, Rafael Ortega...). O bien lo malentendió, o bien lo manipuló para sus propósitos. La revisión del manuscrito y su copia mecanografiada nos ha conducido a importantes relecturas y descubrimientos: la identificación de los “verdaderos” Floridas, pesquisas sobre Elvira la Caliente o Murube, la fuente de la desdeñosa exclamación “¡Viva Paris!”, la recuperación de significativos pentimenti, la determinación de vocablos indescifrados... Dedicamos un capítulo al análisis de la anécdota de la tabernilla gaditana protagonizada por La Niña de los Peines, por considerarla la pieza narrativa más importante y reproducida de la literatura flamenca y el origen de una especie de subgénero narrativo, el de las historias de enduendamiento, y examinamos un importante corpus de relatos de este tipo. Al trío creador Lorca-Argentinita-Sánchez Mejías, mal estudiado y frecuentemente subestimado, lo hemos elevado al rango de fundamental, por un lado, en la creación de un conjunto de novedades artísticas, por otro, en la influencia mutua de sus miembros respecto de nuestra charla: hay ecos de la conferencia neoyorquina de Sánchez Mejías El pase de la muerte a lo largo de todo Juego y teoría, así como en buena parte de la obra taurina de Lorca. El torero-escritor y la bailarina-cantante son, postulamos, la llave de la inmersión lorquiana en la juerga flamenca y lo táurico. Seguidamente estudiamos al duende en su calidad de metáfora que se construye en contraste con las perfiladas alegorías de la musa y el ángel más el proceso de animación y personificación que Lorca emprende, ayudado de una paleta de esencial bicromía rojinegra. Por último, identificamos y analizamos lo que entendemos como doce ropajes esenciales (metáforas, disfraces...) del duende según la literatura flamenca, i.e.: pureza, gitanería, antigüedad, ruina, beldad de lo feo, amusicalidad, jondura, grandeza, verdad, mística, rajo y pellizco. Para concluir, sondeamos las opiniones de algunos herejes o empalagados del duende y el duendismo, la conversión del famoso espíritu lorquiano en lugar común y su vaciado y rellenado periódicos y proponemos una nueva edición crítica de la conferencia, sobre la base de las ya eminentes de Maurer y García-Posada y enriquecida con nuestros hallazgos.