Estilos defensivos en humanosCorrelatos psicofisiológicos, neuroendocrinos y del movimiento

  1. Idrissi Mohamed, Sofia
Dirigida por:
  1. Jaime Vila Castellar Director/a
  2. Pandelis Perakakis Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 24 de enero de 2014

Tribunal:
  1. Francisco Gomes Esteves Presidente/a
  2. José Luis Mata Martín Secretario
  3. Elisabeth Ruiz Padial Vocal
  4. María del Carmen Fernández Santaella Vocal
  5. María Pilar Cobos Alvarez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Cómo los seres humanos nos enfrentamos a las situaciones estresantes y qué estrategias utilizamos para afrontar la amenaza con éxito y con el mínimo coste para la salud, es una cuestión que ha despertado el interés de los investigadores desde los primeros estudios del estrés y las respuestas defensivas. Las respuestas a estas preguntas siguen siendo inconclusas o, peor aún, contradictorias, no existiendo una visión general y aceptada. Menos consenso existe respecto a si existen patrones de respuestas al estrés que caractericen y diferencien a unas personas de otras y si estas diferencias son factores de vulnerabilidad en el desarrollo de las patologías asociadas al estrés. Entre los autores se acepta que las respuestas al estrés y sus consecuencias dependen de las características de la situación estresante y de las diferencias individuales (p.e., Andersen, Bignotto, Machado y Tufik, 2004). En la literatura animal se manejan dos modelos teóricos principales a la hora de abordar este objetivo de estudio: primero, el Modelo de la Cascada Defensiva (p.e., Blanchard y Blanchard, 1989; Fanselow, 1994; Ratner, 1970) y, segundo, el Modelo de las Diferencias Individuales (p.e., Koolhaas, 2008; Korte, Koolhaas, Wingfield y McEwen, 2005). Desde el primer modelo, ha habido intentos de extrapolar a los humanos los resultados de los estudios con animales (p.e., Bradley y Lang, 2000; Lang, 1995), con las limitaciones que conlleva el hecho de que los estudios de laboratorio no cumplen muchas de las características contextuales necesarias para que se despliegue la cascada de respuestas defensivas. Específicamente, debido a la dificultad que implica el estudio de la reactividad motora en laboratorio, ha habido un desinterés por el análisis motor de las respuestas a los estresores en humanos. Teniendo en cuenta que en animales se utiliza la conducta motora directa como uno de los índices principales de las respuestas defensivas (Carré, McCurmick y Hariri, 2011), la falta de estudios en humanos dirigidos al análisis de la reactividad motora dificulta aún más esta extrapolación de los resultados encontrados en la literatura animal a las personas. Desde la perspectiva de las Diferencias Individuales, los modelos enmarcados en la Teoría del Coping han intentado, sin llegar a un consenso, arrojar alguna luz sobre las diferencias individuales en el afrontamiento a las demandas que en un momento determinado se enfrentan las personas (Skinner, Edge, Altman y Sherwood, 2003). Una alternativa al estudio de las respuestas defensivas desde esta perspectiva es estudiar la posible extrapolación a humanos de los estilos de personalidad reactivo o proactivos descritos en la literatura animal por Korte y cols. (2005), y denominados ¿Palomas¿ y ¿Halcones¿, respectivamente. Con esta tesis queremos conseguir dos cosas: primero, aportar dos recursos metodológicos destinados a facilitar el estudio motor de las respuestas ante estímulos estresantes o amenazantes; segundo, queremos comprobar si están presentes en humanos los dos estilos de respuestas defensivas que se han observado en animales (Korte y cols., 2005). Para ello, estudiamos las repuestas hormonales, psicofisiológicas, posturales-motoras, emocionales y de personalidad asociadas a estos dos tipos de respuestas defensivas. En el primer capítulo se examinan y describen los conceptos de estrés, alostasis y respuestas defensivas. También describimos los principales mediadores alostáticos o sistemas que se activan a la hora de hacer frente a una amenaza, que son estudiados con más frecuencia por los autores interesados en este campo de estudio y presentamos dos nuevos sistemas alostáticos, esto es, la posturografía y la estereovisión. El capítulo termina con una descripción de dos de los principales modelos explicativos de las respuestas de los organismos a los estresores o a la amenaza. En el capítulo 2, detallamos los objetivos e hipótesis principales que se manejan en la presente tesis. En los capítulos 3 y 4 se recogen los dos primeros estudios destinados, por una parte, a presentar y examinar si la posturografía es una herramienta útil para el estudio fásico de las respuestas emocionales (capitulo 3) y, por otra, a presentar y validar una nueva herramienta basada en la estereovisión para el estudio del movimiento en contextos emocionales (capítulo 4). En el primer estudio se observó que la posturografía no era la herramienta más idónea para el estudio fásico de la respuesta de acercamiento y evitación ante estímulos emocionales, pudiendo estar más indicada para el estudio de la respuesta emocional tónica. Específicamente, se observó un desplazamiento hacia atrás en el eje antero-posterior ante la visión de todas las imágenes afectivas, independientemente de su categoría (agradables, desagradables y neutrales). También observamos una diferencia de género en este desplazamiento posterior, especialmente ante las imágenes aversivas, en el sentido de que las mujeres realizaban un mayor desplazamiento que los hombres. En el segundo estudio, la estereovisión se mostró como una herramienta válida para el estudio de la respuesta motora ante estímulos amenazantes o estresantes. De esta forma, con la estereovisión obtenemos un análisis directo de los movimientos sutiles y finos del tronco y la cabeza en su conjunto que salva las limitaciones de los estudios de laboratorio. Estos dos capítulos han sido publicados en revistas científicas de reconocido prestigio. Los capítulos 5 y 6 recogen los dos estudios en los que queremos comprobar si los dos estilos defensivos propuestos por Korte y cols. (2005) se observan en humanos. En el capítulo 5 se presenta el tercer estudio, cuyo objetivo es examinar si las personas clasificadas como ¿palomas¿ o ¿halcones¿ en base a sus niveles hormonales basales responden psicofisiológicamente, posturográficamente, motóricamente y emocionalmente en la línea postulada por Korte y cols. (2005). En el capítulo 6, se expone el cuarto y último estudio donde queremos comprobar si las personas clasificadas como ¿palomas¿ o ¿halcones¿, ante una tarea de estrés psicosocial (Test de Estrés Social de Trier (TSST), Kirschbaum, Pirke y Hellhammer, 1993), responden neuroendocrinológicamente y psicofisiológicamente en la línea planteada por Korte y cols. (2005). Los datos obtenidos en el estudio 3 revelaron la existencia en humanos de dos estilos defensivos en la dirección propuesta por Korte y cols. (2005), pero no todas las medidas fueron sensibles en diferenciar a los dos grupos (¿palomas¿ y ¿halcones¿). Así, las medidas que diferenciaron entre estos dos estilos fueron las medidas de autoinforme (TIS, AQ y ED), la Respuesta Cardíaca de Defensa y la Estereovisión. En nuestro cuarto y último estudio, los resultados nos indican que la tarea de estrés social TSST no es sensible para diferenciar estos dos estilos de respuestas defensivas. Igualmente, nuestros datos apoyan los resultados encontrados en la literatura científica que indican el efecto moderador sobre las tendencias conductuales que tiene la relación entre los niveles de cortisol y testosterona. Por último, en el capítulo 7 se presenta una discusión general de todos los resultados encontrados en los diferentes estudios realizados, así como sus implicaciones, limitaciones y perspectivas futuras de investigación. En base a los resultados obtenidos en esta tesis, se desprenden las siguientes conclusiones: 1. La plataforma de fuerza no es una herramienta válida para el estudio fásico del movimiento como índice de respuesta de acercamiento y evitación ante estímulos de diferentes contenido emocional. 2. La estereovisión se confirma como una herramienta válida para el estudio de las respuestas motoras ante estímulos amenazantes o estresantes. 3. Los datos de nuestro estudio 3 apuntan a que existen, en humanos, dos estilos defensivos (¿palomas¿ y ¿halcones¿) en la dirección señalada por Korte y cols. (2005). Las medidas que han resultado más sensibles para diferenciar ¿palomas¿ y ¿halcones¿ han sido las medidas de autoinformes (TIS, AQ y ED), la Respuesta Cardíaca de Defensa y la Estereovisión. El resto de medidas de autoinforme, psicofisiológicas, posturográficas y hormonales no fueron capaces de diferenciar a los dos grupos. 4. La tarea de estrés social TSST utilizada en el estudio 4 no fue sensible en diferenciar los grupos ¿palomas¿ y ¿halcones¿. 5. En general, nuestros datos hormonales apoyan la idea del rol moderador de la relación entre los niveles de cortisol y testosterona sobre las tendencias conductuales.