Insatisfacción corporal y trastornos de la conducta alimentariamecanismos emocionales y psicofisiológicos
- Ortega-Roldán Oliva, Blanca
- María del Carmen Fernández Santaella Director/a
- José Luis Mata Martín Codirector
- Sonia Rodríguez Ruiz Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 23 de noviembre de 2012
- Francisco Estévez Presidente/a
- María Nieves Pérez Marfil Secretario/a
- María Blasa Sánchez Vocal
- Silvia Moreno Vocal
- Gustavo Adolfo Reyes del Paso Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La insatisfacción corporal se define como un conjunto de alteraciones cognitivas, actitudinales y motivacionales que dan lugar al menosprecio del propio cuerpo. La asociación entre la insatisfacción corporal y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) es un dato actualmente bien establecido (Botta, 2003; Harrison, 2000), aunque también se sabe que afecta a un gran número de personas sin TCA (Champion y Furnham, 1999; Rodin, Silberstein y Striegel-Moore, 1985). Por una parte, la teoría de la comparación social (Festinger, 1954) ha sido propuesta como uno de los principales mecanismos explicativos de la insatisfacción corporal y su relación con los efectos negativos ¿encontrados frecuentemente en la literatura¿ producidos por la exposición a imágenes de los medios de comunicación exhibiendo un cuerpo femenino con una delgadez extrema. Según esta teoría, la exposición a cuerpos de modelos y a cuerpos de personas semejantes con diferente tamaño corporal (p.ej., cuerpos delgados o con sobrepeso) puede provocar reacciones emocionales, tanto positivas (agradables) como negativas (desagradables), en función de que el resultado de la comparación sea favorable o desfavorable con respecto a la propia imagen corporal. Sin embargo, todavía se desconocen muchos aspectos relacionados con los mecanismos emocionales y psicofisiológicos implicados en este proceso de comparación. La hipótesis del priming motivacional de Lang (1995) proporciona un contexto teórico sólido para avanzar en este ámbito y para poner a prueba experimentalmente la teoría de la comparación social. Por otra parte, los tratamientos actuales para reducir la insatisfacción corporal en pacientes con TCA se basan mayoritariamente en técnicas de exposición al propio cuerpo, pero hasta la fecha poco se sabe sobre los mecanismos psicofisiológicos que subyacen a esta exposición, a la vez que se carece de instrumentos de evaluación objetivos que permitan conocer si tales intervenciones resultan efectivas. Por lo tanto, el objetivo de la presente tesis doctoral fue avanzar en el conocimiento de las respuestas emocionales y psicofisiológicas subyacentes a la insatisfacción corporal mediante el paradigma de la modulación emocional de los reflejos defensivos. Para ello, se realizaron cuatro estudios experimentales. Los dos primeros estudios examinaron el patrón emocional subjetivo (valencia, arousal y dominancia) elicitado por un conjunto amplio de imágenes de cuerpos femeninos con diferente índice de masa corporal (IMC): delgado, normal y con sobrepeso, pertenecientes a modelos profesionales y a mujeres semejantes a las participantes de nuestros estudios (mujeres universitarias) en población universitaria masculina y femenina (estudio 1), y en población universitaria femenina con alta y baja insatisfacción corporal (estudio 2). Los resultados obtenidos en estos dos estudios revelaron que las respuestas emocionales de los participantes ante los cuerpos variaban en función de su tamaño corporal y de su grupo de pertenencia, reflejando la utilidad del paradigma de visualización de imágenes para evaluar afectivamente imágenes corporales. Específicamente, en el primer estudio se observó una preferencia general por los cuerpos de modelos con peso normal, observando diferencias de género en la valoración afectiva de cuerpos con peso delgado y con sobrepeso. Así, los hombres mostraron mayor agrado que las mujeres ante la visualización de cuerpos femeninos delgados, y mayor desagrado que las mujeres ante los cuerpos femeninos con sobrepeso. En el segundo estudio, las mujeres con alta insatisfacción corporal mostraron un mayor afecto negativo ante las imágenes de modelos delgadas y normales, en comparación con mujeres con baja insatisfacción corporal. Este dato demostró que, pese a no pedir en este estudio que las participantes compararan sus cuerpos con los cuerpos presentados, las mujeres con alta insatisfacción activan procesos de comparación corporal de forma automática al ver otros cuerpos. Por otro lado, en el tercer estudio se puso a prueba experimentalmente la teoría de la comparación social bajo el paradigma de la modulación emocional de los reflejos defensivos. En este estudio se analizaron la respuesta emocional subjetiva (valencia, arousal y dominancia) y la modulación emocional del reflejo de sobresalto en mujeres con alta y baja insatisfacción corporal durante la visualización de imágenes del propio cuerpo (pose neutral versus pose modelo) e imágenes femeninas de cuerpos de semejantes y cuerpos de modelos con tres tipos de IMC (delgado, normal y con sobrepeso) con los que las participantes debían compararse. Los datos evidenciaron que los supuestos de la teoría de la comparación social pueden ser captados por la respuesta de sobresalto cuando se visualiza el propio cuerpo. En concreto, la imagen del propio cuerpo de las participantes posando como modelos causó la respuesta emocional y fisiológica (potenciación del sobresalto) más aversiva en mujeres con alta insatisfacción corporal, como posible resultado de una comparación desagradable cuerpo propio versus cuerpo de modelo. Con respecto al resto de estímulos corporales visualizados, se encontró que el reflejo de sobresalto era modulado en función del tamaño corporal y del grupo de pertenencia de los cuerpos, pero no en función de la insatisfacción corporal ni en la misma dirección que los datos subjetivos. De esta manera, ambos grupos de participantes evidenciaron mayor agrado (inhibición del sobresalto) ante la visualización de los cuerpos de modelos con peso normal, en comparación con los cuerpos de modelos delgados, mostrando sólo el grupo con alta insatisfacción un empeoramiento del estado afectivo al compararse con los cuerpos de peso normal. Estos resultados apuntaron que el paradigma de la modulación emocional del sobresalto era aplicable al estudio de la insatisfacción corporal. A pesar de que el efecto de la comparación corporal no pudo ser captado fisiológicamente, podría ocurrir que éste no sucediera inmediatamente al ver una imagen, sino que se tratara de un proceso cognitivo posterior cuyo efecto sea independiente al de la mera visualización. Este proceso de comparación controlado sería además el que desencadenaría el estado afectivo negativo en personas vulnerables. El cuarto y último estudio exploró los mecanismos emocionales y psicofisiológicos implicados en la exposición al propio cuerpo en población con TCA. Mujeres controles y con bulimia nerviosa (BN) diagnosticada fueron expuestas a un vídeo que presentaba el propio cuerpo en todas sus perspectivas (frontal, posterior y laterales izquierdo y derecho). Durante la exposición, la respuesta emocional subjetiva (valencia, arousal y dominancia), la conductancia de la piel y la modulación de dos reflejos defensivos (el reflejo de sobresalto y la respuesta cardíaca de defensa) fueron registradas. Los resultados reflejaron que ambos grupos de participantes diferían significativamente en sus patrones emocionales y fisiológicos ante el propio cuerpo. En especial, el patrón encontrado en las mujeres con BN evidenció un procesamiento atencional incrementado ante la visualización de sus cuerpos (inhibición de sobresalto y potenciación del primer componente de la respuesta cardíaca de defensa), los cuales resultaron además emocionalmente desagradables y fisiológicamente activantes para las pacientes. En consecuencia, el paradigma de la modulación emocional de los reflejos defensivos se postula como una herramienta útil para medir de forma objetiva la insatisfacción corporal en pacientes con TCA. En conclusión, los resultados presentados en la presente tesis doctoral han puesto de manifiesto la importancia del proceso de comparación corporal como mecanismo explicativo de la insatisfacción corporal. A nivel subjetivo, el patrón emocional hallado en mujeres con alta insatisfacción corporal ante cuerpos de diferente tamaño corporal (pero especialmente, ante cuerpos de peso normal) se aproxima al encontrado clásicamente en respuesta a estímulos desagradables/fóbicos, esto es, bajos niveles de valencia y dominancia acompañados por un alto grado de arousal. Estos resultados se encontraron igualmente en los estudios 2 y 3; sin embargo, en el estudio 2 no se instó a las participantes a que se compararan con los cuerpos, por lo que parece que las mujeres con alta insatisfacción activan automáticamente procesos de comparación corporal cuando visualizan otros cuerpos. Así mismo, las mujeres con alta insatisfacción y con BN evaluaron sus cuerpos como menos agradables, más activantes y menos controlables que mujeres satisfechas con sus cuerpos. Además, a nivel fisiológico, nuestros resultados indican que la visualización de cuerpos de modelos de peso normal produce indistintamente en mujeres jóvenes una mayor activación del sistema motivacional apetitivo (menor amplitud del reflejo motor de sobresalto), siendo el proceso de comparación corporal activado posteriormente el que produce un descenso del estado afectivo en personas con alteración de la imagen corporal. También, nuestros datos sugieren que: (a) las mujeres con alta insatisfacción corporal mientras visualizan una imagen del propio cuerpo posando como modelos experimentan aversión, presumiblemente motivada por la comparación implícita con una modelo; (b) las mujeres con BN mientras visualizan una auto-imagen mostrando el cuerpo completo reaccionan con una respuesta de inmovilidad tipo freezing que reflejaría el alto nivel de alerta que presentan estas pacientes al visualizar su propio cuerpo. Además, la modulación de los reflejos defensivos se muestra como instrumento de evaluación objetivo que puede ser utilizado para medir la insatisfacción corporal. Finalmente, el trabajo desarrollado contradice la literatura previa que defiende que la imagen femenina delgada es el objetivo de comparación por excelencia para mujeres con insatisfacción corporal. Al contrario, nuestros datos apuntan que las modelos normales son las más agradables, estando en línea con investigaciones recientes que defienden que esta imagen femenina es publicitariamente igual de potente que una imagen de mujer ultra-delgada (Diedrichs y Lee, 2011; Halliwell y cols., 2005). Además, el uso de modelos normales en los medios de comunicación ayudaría a promover un tipo de cuerpo femenino más realista y saludable. Por otra parte, la presente investigación aporta nueva evidencia acerca de los mecanismos psicofisiológicos subyacentes a la exposición del propio cuerpo en personas con alta insatisfacción corporal y en pacientes con BN. Dichos mecanismos, medidos bajo el paradigma de la modulación emocional, podrían evidenciar objetivamente si los tratamientos de la insatisfacción corporal basados en la exposición al propio cuerpo son exitosos o no.