La intervención logopédica como indicador de calidad de vida en niños con implante coclear
- CAMACHO CASTRO, ANA CAROLINA
- Antonio Hernández Fernández Director
- María Jesús Colmenero Ruiz Codirectora
Universidad de defensa: Universidad de Jaén
Fecha de defensa: 23 de febrero de 2009
- José Antonio Torres González Presidente
- Lorenzo Almazán Moreno Secretario
- Manuel Ramírez Sánchez Vocal
- Fernando Peñafiel Martínez Vocal
- Luis Ortiz Jiménez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
A través de este estudio, se pretende conocer, cómo influyen determinados factores relacionados con la implicación de la familia en la mejora de la calidad de vida, de niños portadores de un implante coclear. Para ello, se van a definir, por un lado, el término de calidad de vida relacionada con la salud, y por otro el de implante coclear. La "calidad de vida relacionada con la salud" (CVRS), es un concepto multidimensional que se basa en la percepción subjetiva del individuo. Las dimensiones principales de las medidas de CVRS son las funciones física, mental y social. Así la salud, puede definirse en cinco dimensiones; las características genéticas o hereditarias, que forman la estructura básica y dónde se fundamentan todos los demás aspectos de la salud del individuo; las características bioquímicas, físiológicas o anatómicas, incluyendo la enfermedad, la disminución, la incapacidad y el hándicap; el estado funcional incluye las actividades de la vida diaria cómo estudiar, trabajar, relacionarse; el estado mental incluye la autopercepción del estado de ánimo y de la emoción y finalmente, el potencial de salud individual, que incluye la longevidad, el potencial funcional del individuo y el pronóstico de la enfermedad y de la incapacidad. Las tendencias más recientes en la investigación clínica, enfatizan la importancia de la evaluación del impacto de un tratamiento médico, en este caso del implante coclear, en la vida ordinaria de los individuos (Drummond y Maynard, 1993). Históricamente, los resultados relacionados con la salud en niños, se ha conceptualizado en términos de morbilidad y mortalidad (American Medical Association, 1999). En la actualidad se define de una forma más apropiada, tomando una dimensión múltiple. El bienestar físico, mental y social se debe evaluar no sólo por la presencia de una enfermedad (Organización Mundial de la Salud, 1948). Los "implantes cocleares" son dispositivos electrónicos de avanzada tecnología, capaces de sustituir el sistema de transducción de las células ciliadas no funcionales del oído interno, convirtiendo la energía mecánica sonora en señales eléctricas que serán suministradas al nervio auditivo en los pacientes con sordera neurosensorial de origen coclear (Ramírez Carnacho, 1998). Los implantes cocleares constituyen una solución eficaz para la mayoría de las sorderas severas y profundas que no obtienen suficiente beneficio mediante el audífono. El desarrollo tecnológico actual del implante coclear, proporciona al paciente una representación de las principales características del sonido. (Sainz Quevedo, De la Torre Vega, 2005). La representación del sonido proporcionada por el implante coclear, permite en la mayoría de los casos, una calidad de audición suficiente para el reconocimiento de la voz, pero para que se pueda explotar esta calidad, es necesario que haya desarrollado previamente habilidades auditivas y lingüísticas. Por ello, los beneficios que proporciona el implante coclear están más condicionados por factores tales como la edad de implantación o el desarrollo lingüístico en el momento de instauración de la hipoacusia que por los factores tecnológicos, al igual que la intervención. De este modo, se puede clasificar a los pacientes en grandes grupos en cuanto al beneficio que pueden obtener del implante: adultos pos-Iocutivos, adultos prelocutivos, y el caso que ocupa este estudio, niños pre y perilocutivos. Los niños disponen de una gran capacidad de aprendizaje, gracias a la plasticidad cerebral, por lo que incluso en el caso de hipoacusias profundas congénitas la audición proporcionada por el implante coclear les permite un desarrollo muy adecuado de las habilidades auditivas y lingüísticas. En el caso de niños que sufren sorderas congénitas, la edad de implantación va a condicionar los beneficios que pueden obtenerse del implante coclear, ya que a medida que crece el niño, disminuye la plasticidad cerebral y con esta la capacidad de aprendizaje. La mayoría de los autores sitúan en torno a 4 ó 5 años la edad crítica a partir de la cual el desarrollo de habilidades lingüísticas se ve dificultado, siendo esta dificultad más acusada cuando más tardía es la implantación. La existencia de restos auditivos, o la experiencia auditiva (cuando la hipoacusia tiene un carácter progresivo o ha sido adquirida a una determinada edad) son condicionantes que mejoran los beneficios de la implantación. Si la hipoacusia ha aparecido a una edad en la que hay cierto desarrollo lingüístico aunque no suficiente para que queden fijadas las estructuras gramaticales (entre los 3-6 años de vida), se habla de hipoacusias perilocutivas y en este caso el grado de desarrollo lingüísitico es un factor favorable siempre que no se retrase el tratamiento. En cualquier caso el principal factor que condiciona los beneficios de la implantación es el momento de la implantación en relación con el momento de aparición de la hipoacusia y con la edad. En estos casos debe tenerse en cuenta que un retraso en el tratamiento puede limitar de forma irreversible los beneficios potenciales de la implantación. Las variables que condicionan la evolución de un niño con implante coclear son múltiples (Hellman, Chute, Kretschmer, Nervisns, Parisier y Thurson, 1991; Waltzman, 2000), y deben ser consideradas a la hora de pensar en la candidatura de niño para implante, durante el período de evaluación y para el tratamiento específico que tendrá una vez implantado. Es necesario considerar variables relacionadas con los profesionales, variables intrínsecas del niño a implantar y variables relacionadas con su familia (Furmanski, 2003): Variables relacionadas con el niño: edad cronológica, tiempo de sordera, resultados radiológicos, discapacidad múltiple, habilidades lingüísticas, habilidades comunicativas. Variables de tipo profesional: disponibilidad de servicios, capacitación, tipo de tratamiento. Variables de tipo familiar. Se le va a dar principal importancia en este estudio. La dinámica familiar, el grado de participación y las expectativas de la familia, deben contemplarse cuando se evalúa la posibilidad de implantar a un niño. La implicación familiar va a ser uno de los factores pronóstico que más va a influir en los resultados que pueda obtener el niño implantado. Los padres desempeñan un papel fundamental como educadores primarios de sus hijos y deben convertirse en facilitadores activos del desarrollo de la comunicación de sus hijos.