Fantasias sexualesanalisis de factores determinantes y de su influencia sobre la salud sexual
- Juan Carlos Sierra Freire Director
Defence university: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 17 September 2014
- Gualberto Buela Casal Chair
- Francisco Cruz Quintana Secretary
- Wenceslao Peñate Castro Committee member
- Juan Manuel Bethencourt Pérez Committee member
- Pedro J. Nobre Committee member
Type: Thesis
Abstract
Gran parte de la investigación sobre fantasías sexuales ha considerado que éstas suelen vivirse de forma placentera. Sin embargo, las fantasías sexuales pueden experimentarse como algo inaceptable y no placentero. En la presente Tesis Doctoral se toma como referencia la definición de pensamiento sexual, "sexual cognition" en inglés, acuñado por Renaud y Byers (1999) como un término más general que el de fantasía sexual, que permite distinguir entre pensamiento sexual positivo (PSP) y pensamiento sexual negativo (PSN). Estos autores desarrollan una serie de trabajos en muestras de estudiantes universitarios para explorar el constructo de pensamientos sexuales. En este sentido, la presente Tesis Doctoral pretende dar continuidad y superar las limitaciones previas del estudio de pensamientos sexuales. Así, esta Tesis Doctoral se articula en dos ejes principales. Por un lado, conocer qué aspectos se relacionan con que los pensamientos sexuales adquieran una connotación positiva o negativa, y por otro lado, explorar la relación que éstos mantienen con aspectos de salud sexual, evaluado a través de su asociación con el funcionamiento sexual, como factores que predisponen a la agresión sexual, y en víctimas que han sufrido abuso sexual. Tras realizar una revisión teórica del constructo de fantasías y pensamientos sexuales, se plantearon los siguientes aspectos, a los que la presente Tesis Doctoral intentó dar respuesta. 1) Renaud y Byers (1999) crearon el Sexual Cognitions Checklist (SCC), un autoinforme para evaluar la frecuencia y afecto (positivo y/o negativo) con que se experimentan los pensamientos sexuales. Debido a que el SCC no ha sido previamente validado y no permite distinguir el contenido específico de los pensamientos sexuales, se llevó a cabo la adaptación y validación del SCC en muestras españolas, explorando la posible multidimensionalidad del constructo, siguiendo la clasificación de fantasías sexuales de Wilson (1978) que distingue entre fantasías de tipo: íntimo, exploratorio, sadomasoquista e impersonal. 2) Apenas se conocen los factores determinantes de que los pensamientos sexuales adquieran una connotación positiva o negativa. Por ello, se examinaron algunos rasgos de personalidad (extraversión, neuroticismo, apertura a la experiencia, obsesividad) y otras variables de tipo sociodemográfico (sexo, edad, y religión y religiosidad). 3) Hasta la fecha el estudio de las similitudes y diferencias en pensamientos sexuales se centró en estudiantes universitarios. Como señalan autores como Arnett (2008), este aspecto probablemente lleve a conclusiones sesgadas, además de limitar la generalización y representatividad de los datos. Por ello, en la presente Tesis Doctoral, se llevaron a cabo comparaciones entre hombres y mujeres en dos muestras que variaron en nivel educativo y edad (estudiantes universitarios frente a una muestra de mayor edad de la población general). 4) Renaud y Byers (2001) sólo relacionaron la frecuencia global de los pensamientos sexuales con algunos aspectos del funcionamiento sexual, como la satisfacción sexual. No existen por tanto estudios que relacionen los pensamientos sexuales positivos y negativos, así como su contenido específico, con otros aspectos del funcionamiento sexual tales como el deseo o la excitación / inhibición sexual. 5) Los pensamientos sexuales de agresores analizados por Renaud y Byers (2005) fueron únicamente los relacionados con la dominación y la sumisión sexual. Se desconoce si otro tipo de contenidos en los pensamientos sexuales podrían propiciar conductas sexuales agresivas. Es por ello que otro de los objetivos de la presente Tesis Doctoral fue conocer qué tipo de pensamientos sexuales predicen mejor la probabilidad de llevar a cabo una conducta sexual agresiva en muestras de la población general (tanto hombres como mujeres), así como otras variables que podrían predisponer a tales conductas (deseo sexual, excitación / inhibición sexual). 6) Del mismo modo, Renaud y Byers (2006) analizaron sólo los pensamientos sexuales de dominación y sumisión en víctimas de abusos sexuales y evaluaron la relación entre las experiencias de abuso durante la infancia y durante la adolescencia/adultez de modo independiente. Sin embargo, no se tuvo en cuenta si se habían sufrido ambos tipos de victimización ni la severidad del tipo de abuso, siendo variables relevantes en estudios previos de fantasías desviadas (Looman y Marshall, 2001). Entre los principales resultados obtenidos en relación a los aspectos comentados se destacan: 1) La adaptación y validación del SCC en muestras españolas, una versión reducida que pasó de 56 a 28 ítems y que permite distinguir, a diferencia de la versión original, el contenido específico de los ítems ¿íntimas, exploratorias, sadomasoquistas e impersonales-, enfatizando la multidimensionalidad del constructo de pensamientos sexuales. Sus valores de fiabilidad y validez fueron adecuados. Como indicadores de validez, los PSP, mostraron relación con actitud favorable hacia las fantasías sexuales y capacidad de ensoñación sexual. Sin embargo, los PSN apenas se asociaron con la actitud positiva hacia las fantasías o la capacidad de ensoñación, aunque la tendencia apuntó a una relación negativa con estas variables. Las propiedades psicométricas del instrumento fueron adecuadas. 2) En una muestra de 1.500 participantes españoles (42,8% varones y 57,2% mujeres), se observó que tener más pensamientos sexuales positivos se asocia con experimentar más pensamientos sexuales de tipo negativo, y viceversa. Los PSP están determinados por el sexo, la edad, la religión y el rasgo de personalidad apertura a la experiencia. En concreto, ser varón, joven, y no religioso, está relacionado con experimentar una mayor frecuencia de este tipo de pensamientos sexuales. El sexo, la edad y la religión tienen un ligero poder explicativo de los pensamientos sexuales negativos; los rasgos de personalidad no desempeñan ningún papel en que los pensamientos sexuales se experimenten de modo negativo. 3) Al comparar a hombres y mujeres en la frecuencia de PSP y PSN según su contenido, se encontró que los hombres, en comparación con las mujeres, informan de una mayor frecuencia de todos los tipos de pensamientos sexuales positivos según su contenido, a excepción de los de sumisión. Los hombres informan de mayor frecuencia de pensamientos sexuales negativos de dominación y las mujeres de sumisión. Los pensamientos que de modo más común se experimentan de modo placentero son los de tipo íntimo, en tanto que los pensamientos que con mayor frecuencia despiertan sentimientos negativos son los sadomasoquistas (sumisión). Asimismo, al comparar a estudiantes universitarios y una muestra de la población general se observa que los primeros informan de una mayor frecuencia de pensamientos sexuales positivos de dominación y de algunos pensamientos sexuales negativos (íntimos, exploratorios e impersonales). 4) En cuanto a la relación que los pensamientos sexuales mantienen con el funcionamiento sexual, se observó que los pensamientos sexuales que se experimentan de modo placentero están asociados con un mejor funcionamiento sexual en ambos sexos. En concreto, los hombres y mujeres que manifiestan todo tipo de pensamientos sexuales informan mayor deseo sexual diádico y solitario, mayor tendencia a excitarse sexualmente y menor tendencia de ambos tipos de inhibición sexual en varones: relacionada con el riesgo a contraer una ITS / ser pillado durante la actividad sexual (IS1) y la relacionada con la distracción/concentración en la ejecución sexual (IS2), y sólo con IS2 en mujeres. Asimismo, se observó que quienes fantasean fundamentalmente con contenidos íntimos informan de mejor funcionamiento sexual en aspectos diádicos o de interacción sexual en pareja, en tanto que los relacionados con contenidos exploratorios, sadomasoquistas e impersonales resultan relevantes para actividades en solitario en el caso de los varones. Las mujeres que solo fantasean con contenidos de intimidad informan estar más satisfechas sexualmente y tienen mayor interés sexual centrado en su pareja. 6) En cuanto a las variables que mejor predicen llevar a cabo actos de agresión sexual en varones son: sufrir victimización sexual durante la adolescencia/adultez, mostrar una mayor tendencia a excitarse sexualmente y tener más pensamientos de dominación experimentados con afecto positivo. En las mujeres, la probabilidad de agredir sexualmente es predicha por haber sufrido victimización sexual en la adolescencia/adultez y una mayor frecuencia de pensamientos exploratorios, experimentados con afecto positivo y negativo. 7) Finalmente, las víctimas de abuso sexual informan de una mayor frecuencia de pensamientos sexuales positivos relacionados con contenidos exploratorios en ambos sexos, de dominación en mujeres y de sumisión en varones. Estas diferencias fueron especialmente significativas entre quienes nunca sufrieron abuso y quienes sufrieron abuso durante la adolescencia/adultez o quienes han sufrido revictimización (abuso en la infancia y también durante la adolescencia/adultez). La severidad del tipo de contacto sexual, acentuó estas diferencias (intento de violación/violación). Los pensamientos sexuales negativos apenas se asociaron con las experiencias de abuso. Únicamente los de tipo íntimo fueron más frecuentes en varones que habían sufrido victimización en la infancia y la adolescencia/adultez y el contacto sexual fue más severo.