Las comunidades de aves y reptiles del corredor verde del guadiamar despues del vertido minero de aznalcollar

  1. Marquez Ferrando, Rocio
Dirigida por:
  1. Juan Manuel Pleguezuelos Gómez Director/a
  2. Diego Ontiveros Casado Codirector/a
  3. Xavier Santos Santiró Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 20 de junio de 2008

Tribunal:
  1. Reyes Peña Santiago Presidente
  2. Juan Gabriel Martínez Suárez Secretario/a
  3. Juan Manuel Sánchez Guzmán Vocal
  4. José Carlos Brito Vocal
  5. Ricardo Reques Rodríguez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El vertido de la balsa de lodos tóxicos de la mina Aznalcóllar, ocurrido en abril de 1998, fue uno de los desastres ecológicos más importantes ocurridos en España. Afectó gran parte de los ríos Agrio y Guadiamar (suroeste de la Peninsula Ibérica), alterando la estructura y el funcionamiento del ecosistema fluvial y sus márgenes. Tras el accidente minero se puso en marcha un proyecto de limpieza y recuperación de la zona afectada, la cual, posteriormente se nombró Espacio Natural Protegido, con el nombre de Corredor Verde del Guadiamar y comenzó el Programa de Investigación del Corredor Verde del Guadiamar, PICOVER, en el que intervinieron diversos grupos de investigación de distintas disciplinas, para estudiar la respuesta y evolución de las distintas comunidades de organismos y ecosistemas a este desatre ambiental. En la presente tesis doctoral pretendemos evaluar la evolución de las comunidades de aves y reptiles tras la restauración de suelos y vegetación durante el periodo 2001-2006 y monitorizar la contaminación usando bioindicadores. De este modo, valoraremos las medidas de restauración aplicadas. La memoria se divide en dos apartados según los taxones estudiados: los primeros dos capítulos se dedican a la comunidad de aves y los tres últimos a la de reptiles. Para analizar la evolución espacial y temporal de la comunidad de aves nidificantes en el Corredor Verde del Guadiamar, se establecieron siete transectos a lo largo del corredor. Los censos se realizaron durante la primavera para calcular valores de riqueza en especies, abundancia y diversidad. Se midieron las variables descriptoras del microhábitat y del macrohábitat, para determinar cuales son las que nos explican la mayor variación de la comunidad de aves a lo largo del corredor. En cuanto a la comunidad de reptiles, se realizaron muestreos a lo largo de todo el corredor. Ante la escasez de individuos y refugios naturales por la retirada de los lodos, se plantea como hipótesis que la falta de refugios es el factor causante de la escasez de reptiles. Para testar nuestra hipótesis, realizamos un experimento en el que aportamos refugios artificiales. Para valorar el estado de contaminación en la zona afectada, cuantificamos el nivel de metales pesados en los individuos de Psammodromus algirus, pertenecientes a poblaciones con distinto grado de exposición a la contaminación. La contaminación puede estar afectando al desarrollo de los organismos, concretamente su asimetría corporal. Por lo que, cuantificamos la asimetría presente en los poros femorales en individuos de P. algirus de poblaciones expuestas a distinto nivel de contaminación. La riqueza de especies y la diversidad de aves no mostraron variación a lo largo de los seis años de seguimiento tras la restaraución (2001-2006), pero sí la abundancia. La abundancia total aumentó a lo largo de los años, pero siempre fue menor que la encontrada en el Arroyo del Alcarayón, un medio ripario, equivalente estructuralmente y próximo al Río Guadiamar, pero no afectado por el vertido. Varias especies presentes en la llanura de inundación incrementaron su abundancia, algo que no ocurrió con las especies ligadas a la vegetación de ribera. La complejidad de la vegetación dentro del corredor (vegetación riparia y cobertura herbácea) y la heterogeneidad del paisaje que rodea al corredor (olivares y hábitat ripario) fueron las variables que explicaron la mayor variación de la comunidad de aves a lo largo del corredor en el último año de estudio (2006). La presencia de otros ecosistemas riparios cercanos al corredor podría actuar de zonas alternativas de refugio y alimetanción en la cuenca del Guadiamar para las comunidades de aves, siendo importantes para su conservación. Los refugios resultaron ser útiles para potenciar la recuperación de la comunidad de reptiles en zonas resturadas. Tarentola mauritanica parece ser la única especie que se mantuvo en los límites del corredor durante la expansión de los lodos tóxicos, refugiándose en los grandes árboles. Posteriormente, la especie que se estableció y adquirió la mayor abundancia fue P. algirus, por su carácter generalista, y el desarrollo de la estructura de la vegetación. Otras especies que recolonizaron también con éxito las zonas restauradas con refugios artificiales fueron Timon lepidus, Malpolon monspessulanus, Hemorrohis hippocrepis y Natrix maura. Los individuos de las distintas poblaciones de P. algirus mostraron que la contaminación por metales pesados aún persiste en la red trófica corredor. El As, Tl, Sn, Pb, Cd y Cu son los metales en cuyo nivel de concentración se detectaron con mayor diferencia entre los individuos de poblaciones expuestas a la contaminación y los individuos de la población control. Los resultados comparativos en la asimetría fluctuante entre las tres poblaciones no mostraron diferencias en el grado de asimetría fluctuante. Los datos sugirieron que la asimetría en los poros femorales de P. algirus no es un buen indicador del nivel de contaminación del Corredor Verde del Guadiamar. A pesar del esfuerzo de los proyectos de restauración, ocho años no son suficientes para recuperar la estructura y función del ecosistema dañado. Por un lado, la contaminación persiste en formas biodisponibles para los organismos, llegando a los niveles superiores de la cadena trófica. Por otro lado, la restauración no ha favorecido por igual a todas las comunidades biológicas. Las aves con gran capacidad de dispersión y dependientes de la estructura de la vegetación, han colonizado rápidamente el corredor y a medida que la complejidad de la vegetación ha incrementado, la disponibilidad del hábitat ha aumentado y por lo tanto la abundancia total de aves. Sólo los índices de riqueza y diversidad se han mantenido elevados desde el primer año de estudio. Sin embargo los reptiles, debido a su limitada capacidad de dispersión, no pudieron escapar al vertido minero, por lo que el efecto sobre estos organismos fue mayor. Además, los reptiles precisan de refugios para colonizar nuevas zonas, y la falta de éstos en los hábitats restaurados ha influido en su recuperación. Sólo las especies más generalistas y abundantes han recolonizado las zonas restauradas. Por lo que, los planes de gestión del corredor deberían considerar los refugios como componente esencial para facilitar la recuperación en la comunidad de reptiles.